La justificacion perfecta

(Antes de iniciar la lectura por favor perdonar los errores de acentuacion, pero en este computador no encuentro como poner las tildes, al igual que con la letra e-ne)

Los dias pasaron lentos, silenciosos y moribundos. A medida que amanecia los pajaros continuaban entonando melodias en la manana, mientras que yo, escondida bajo mi sabana intentaba obligarme a poner los pies en el suelo para una vez mas reiniciar mi programa habitual.

Me estiraba todo lo que podia, especialmente los dedos de los pies, existe en mi cabeza una extrana fijacion por hacerlos moverse, incluso antes de irme a dormir, sin rascar mis dedos contra el colchon, entrelazarlos unos con otros no logro conciliar el sueno y a modo de ritual lo repito cada manana.

Como cada dia me dirigi al lavamanos, mire aun dormida mi cepillo de dientes con la esperanza de esta vez si despertarme completamente (usualmente logro reaccionar al sentir como estrujo ese pequeno intrumento bucal contra mis molares, mis incisivos y demas habitantes de la boca), logre mi primer obejtivo, despertarme, pero inmediatamente reaccione a todo aquello de lo que huia en mis suenos, el vacio se apodero una vez mas de mi estomago, y recorde como mientras dormia venian a mi imagenes de un delicioso plato casero al mejor estilo de mi padre, debo decir que no ayuda en lo absoluto cuando hablando con el me menciona los manjares que prepara, llego a imaginar el olor y creo que por eso mismo he tenido suenos donde a pesar de existir la comida se hacen lejanos a mis labios, en mi opinion el peor de los castigos.

Entonces una vez mas recorde como es estar lejos, con el canto de aves en la manana, con sonidos extranos que te hacen adaptar al entorno, con la mimetizacion del alma al nuevo ambiente que ahora lo rodea a uno y lo envuelve en un intrincado laberinto de enigmas por resolver a cada segundo.

Segui el programa del dia, lave mi cara, prepare mi desayuno y tras lavar de nuevo mis dientes fui al rincon donde me siento mas comoda, la ducha, 'esta con un lugar para sentarse y tomar un buen chorro de agua fria es lo mejor del dia, me deja sin pensamientos, nada logra venir a mi cabeza mientras disfruto de ese momento, es como la sensacion producida al entrar en una catedral inmensa (o cualquier lugar lo suficientemente asombroso) que uno termina sintiendose mas pequeno que un atomo y recuerda que no es nada en el planeta, solo una vida mas.

Pero todo este entredicho no me lleva mas que al final del dia, lo demas es irrelevante, porque es al final del dia, antes de dormir cuando se me dibuja una sonrisa en el rostro, aun estando sola, con pajaros que a veces cantan de noche, murcielagos come-mangos y zancudos silenciosos. Es en la noche cuando todo lo reprimido aflora, brotan las lagrimas, la emocion se apodera de mi alma, y siento como el extasis producido me hace incluso llorar, es extrano pensar que lloras de alegria, es extrano pensar que sientes con el mundo y el universo una conexion tan fuerte en esos momentos de la noche que te empujas a escribir, a dibujar, a cantar, es algo magico, irreal a veces, pero siempre siempre muy profundo.

Cada noche llego emocionada esperando ese momento, donde llega ante mi la dulce presencia que le da calor a mi corazon, que me conecta con lo divino, que logra que esta alma tan loca se desconecte un poco del caos que se vive a diario, un sentimiento tan magicamente profundo que si cada uno se detiene a pensar un minuto en aquello que lo hace sentir pleno, lograra entonces entender lo que quiero decir, creo que debe ser como cuando una madre recuerda el momento en el que tuvo a sus hijos, sencillamente es dificil de explicar, pero esa conexion, ese lazo logra arrancar lagrimas de felicidad, es una emocion suprema y celestial donde se conjuga perfectamente el verbo amar.

Y aunque mis mananas suelen parecerse mucho una con otra, no dejan de darme ese empujoncito deseando que llegue la noche, quisiera experimentar esa sensacion todo el tiempo, pero desprenderme de muchos materialismos aun me cuest, es doloroso para el ego negarse deleitarse con lo vanal y aun cuando se tiene el conocimiento de que los apegos no son buenos uno continua alimentandose con una droga que lentamente mata, que nos enfrenta unos con otros, si tan solo nos dieramos cada hora un minuto para evocar el bello sentimiento del amar verdaderamente (y no me refiero al amor que se le tiene a la pareja, a menos que crean que ese es el amor pleno) me refiero a ese sentimiento sincero que lo impulsa a uno a tomar siempre la mejor decision y sin importar las condiciones siempre logra arrancarle una sonrisa y en casos de conexion profunda unas cuantas lagrimas de felicidad sincera, no de alegria, sino de felicidad, simplemente una conexion divina y suprema.





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